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En cuanto comienza a apretar el sol, no hay porque descartar la práctica del senderismo en la provincia de Málaga. Aunque hay muchas rutas que se antojan imposibles con el calor de los últimos días de la primavera y del verano, hay muchas propuestas para disfrutar de esta práctica en el medio natural, como los distintos itinerarios fluviales que hay a lo largo y ancho de la provincia de Málaga.

Desde la Axarquía a la Serranía de Ronda, hay distintos ríos que se ofrecen para bonitos y, en algunos casos, trepidantes paseos anfibio, donde sus aguas se convierten en el rastro a seguir. Eso sí, conviene ir preparados para este tipo de itinerarios. No sólo suelen requerir de un calzado y una ropa especiales sino también de recipientes donde llevar aparatos tecnológicos y otros objetos para evitar que se mojen. Además, es aconsejable realizar este tipo de rutas en algunos casos con empresas de turismo activo homologados o personas experimentadas. A continuación os proponemos diez rutas refrescantes por ríos malagueños:

  1. Angosturas del Guadalmina (Benahavís)

Esta ruta fluvial recorre uno de los cañones más bonitos de Andalucía, el que recorre el río Guadalmina, muy cerca del casco urbano de Benahavís. Aquí tocará mojarse desde casi el primer momento. Por tanto, conviene ir precavidos y lleva ropa y calzado adecuados, así como recipientes estancos para preservar del agua móviles, cámaras u otros objetos. El descenso conviene hacerlo con tranquilidad, ya que tiene tramos muy resbaladizos. Uno de los puntos críticos de la bajada está casi al final, donde hay una pequeña presa que no todos se atreverán a superar. Esta ruta se puede complementar antes o después con un paseo por una bonita senda con vistas panorámicas, la Acequia del Guadalmina.

  1. Castor (Estepona)

Éste es uno de los ríos más interesantes que se pueden hacer en la vertiente sur de Sierra Bermeja. Al igual que el Padrón, a muchos sorprenden las pozas de aguas cristalinas que tiene su curso. Para realizar esta ruta habrá que tener en cuenta que es una ruta anfibio, en la que habrá que caminar por el agua y, en algunos casos, incluso nadar. Su principal atractivo está en la Charca de las Nutrias, una auténtica piscina natural rodeada del color rojizo de esta sierra. Habrá que tener precaución para no resbalar en el trayecto. También se recomienda llevar recipientes estancos para que la excursión no se convierta en un disgusto.

  1. Padrón (Estepona)

Al igual que el Castor, éste es otro de los ríos que vierten sus aguas al Mediterráneo desde Sierra Bermeja a través del término municipal de Estepona. Su curso tiene muchas similitudes con el anterior. De hecho, discurre en paralelo a éste y se encuentra muy próximo. Para comenzar la ruta hay que adentrarse hasta una conocida urbanización esteponera. Pocos metros después de empezar, estará el primer desafío: cruzar a nado una bonita poza de agua cristalina. Según se sube el río, se encontrarán rincones que parecen sacados de un paisaje exótico.

  1. Chíllar (Nerja)

Para los amantes de las rutas fluviales, éste es un clásico, que hoy, desgraciadamente, está algo saturado. Para evitar el bullicio se recomienda hacer la ruta en días laborables si es posible o a primera hora si sólo se puede ir en fines de semana y festivos. Sus ‘cahorros’ y algunas de sus pozas son algunos de sus principales atractivos. A diferencia de otros ríos, no habrá que nadar para hacer el recorrido, aunque sí habrá que mojarse de rodillas hacia abajo. En cualquier caso, no está de más llevar un calzado anfibio que se adapte tanto a senderos acuáticos como terrestres. Tampoco hay que descartar llevar algún recipiente estanco.

  1. Higuerón (Frigiliana)

Desde uno de los pueblos más bonitos de España parte un bonito recorrido por el cauce del Higuerón, que recuerda en muchos de sus tramos al Chíllar, del que es afluente. Aunque el primer tramo puede resultar algo aburrido, más arriba aguardan bonitos ‘cahorros’ o angosturas de piedra caliza. Para llegar al final de la ruta será necesario algo de destreza para poder salvar dos saltos de agua. En cualquier caso, se recomienda ir con personas experimentadas en este tipo de rutas.

  1. Torrox o Patamalara (Cómpeta)

Ésta es otra de esas rutas anfibio que se pueden realizar en la Sierra de Almijara. Es menos conocida que las del Chíllar y del Higuerón, ya que para llegar a sus zonas más interesantes hay que andar río arriba casi una decena de kilómetros. Eso sí, la recompensa llega en forma de una espectacular cascada. Este itinerario es recomendable hacerlo en las últimas semanas de la primavera o las primeras del verano, ya que el río Torrox, también llamado Patamalara, suele tener un caudal muy estacional. A pesar de ello, hay que tomar ciertas precauciones para evitar que se nos mojen los aparatos tecnológicos que podamos llevar a la ruta.

  1. Barranco Blanco (Coín)

Esta ruta fluvial, a pesar de ser una de las más cortas de la provincia de Málaga, es la que ofrece una de las estampas más espectaculares de los ríos de la provincia. Concretamente recorre el tramo del río Alaminos que desciende por las sierras coínas, poco antes de que sus aguas vayan a parar al río Fuengirola. Saltos de agua y pozas de aguas cristalinas forman parte de este cómodo itinerario, en el que puede participar, sin duda alguna, toda la familia, ya que, salvo algunas zonas donde hay que nadar, el recorrido tiene un buen acceso. Eso sí, suele estar muy frecuentado en verano (especialmente, los fines de semana).

  1. Arroyo del Quejigo (Jubrique y Genalguacil)

Esta ruta recorre parte del cauce del arroyo del Quejigo, uno de los afluentes del río Almarchal, que, a su vez, es tributario del Genal. Este enclave se encuentra en Sierra Bermeja, en el término municipal de Jubrique, pero, al mismo tiempo, muy próximo al pueblo de Genalguacil y al paraje natural de los Reales de Sierra Bermeja. No resultará fácil llegar al punto de partida, ya que no existen señalizaciones para ello, pero realmente está muy cerca de la carretera que sirve para llegar a Genalguacil desde Estepona (Peñas Blancas). Uno de sus principales atractivos es el llamado Charco Azul, que está en el punto de partida.

  1. Río Verde (Istán)

Esta ruta se adentra desde Istán por la parte más angosta del valle del río Verde, cuyas aguas abastecen al pantano de la Concepción. El itinerario discurre por el Parque Natural de la Sierra de las Nieves en paralelo al cauce, aunque en varias ocasiones se pierde contacto con él. Pese a ello, es un recorrido lleno de sorpresas como el Charco del Canalón, un conjunto con una bonita cascada y una poza de aguas cristalinas, situado justo al final de este itinerario. También se pueden ver algún puente colgante, en el que habrá que tener mucha precaución para cruzarlos, ya que no siempre pueden ofrecer estabilidad y seguridad.

  1. Genal (varios pueblos)

Este río ofrece muchas posibilidades en cuanto a posibles rutas fluviales. Entre ellas, se pueden hacer bonitos paseos, donde habrá que mojarse con casi toda seguridad, en el entorno del Puente de San Juan, situado entre Genalguacil, Jubrique y Algatocín. Allí aguardan dos bonitas pozas, los charcos Redondo y Esteban. Otras opciones río abajo están en el entorno del Llano de la Escribana, entre Genalguacil y Benarrabá. Desde allí se puede ir río abajo hasta el puente de Gaucín. En la zona alta de este bonito valle, aguarda el complejo conocido como Sima del Diablo. Aunque es posible aproximarse a pie a él, lo más recomendable para disfrutarlo es practicar el descenso de barrancos con alguna empresa de turismo activo homologada.

 

Fuente: Diario Sur

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